Otras vidas, otras identidades

«Otras vidas, otras identidades», es el primer libro de Roger Woolger, y por lo que sé el único traducido al español. Está descatalogado, por lo que me baso en otros autores (especialmente Carol Bowman) para hacer este resumen.

En él describe las sesiones terapeúticas que aplicó a sus pacientes, que tenían un halo de verdad, lejos de las características propias de la fantasía. La mayoría de las vidas recordadas eran de personas humildes (campesinos, esclavos, soldados, artesanos, comerciantes, cazadores y recolectores), y las historias se contaban siempre desde la perspectiva de la persona que vivía en esa época, nunca desde la perspectiva y el conocimiento actual. Las historias estaban llenas de detalles cotidianos que les daban aún más verosimilitud.

Sin embargo, para Roger Woolger lo importante no es la realidad o no de la reencarnación, sino su valor terapeútico: funciona independientemente de que el paciente (o el terapeuta) crea o no que son vidas pasadas. Por este motivo no se molesta en comprobar la veracidad histórica de estas vidas e incluso dice a sus pacientes que no intenten comprobar los datos que surgen en la terapia, ya que podría quitar energía al poder curativo de la historia. Para él el recuerdo no es el fin, sino el medio para lograr la catarsis emocional, la autocomprensión y la curación.

A pesar de que esta actitud no es la más idónea para el objetivo de mi investigación, donde no se busca conocer el importantísimo valor terapeútico de las regresiones a vidas pasadas, sino la realidad de las mismas, es importante este libro ya que Woolger profundiza más que otros autores en la relación causa-efecto de los traumas de vidas pasadas y sus efectos en la vida actual: el origen puede remontarse a múltiples vidas pasadas y cada una aporta una capa de complejidad. Muestra que una serie de vidas pasadas pueden crear un entramado de problemas emocionales, físicos y mentales en la vida actual (por ejemplo, ser ahorcado por hacer frente a las autoridades pueden causar dolor crónico de cuello y miedo a hablar en público). Las pruebas físicas, concretamente las marcas de nacimiento, son uno de los argumentos de peso de Ian Stevenson para demostrar las vidas pasasdas a partir de los recuerdos espontáneos de los niños, por lo que (junto con las psicológicas) también pueden jugar un papel importante para validar la hipnosis como método de prueba de la existencia de la reencarnación.

Woolger relaciona una larga lista de fobias (miedos inexplicables) que se curan mediante regresiones a vidas pasadas, y su relación con traumas sufridos en esas vidas, habitualmente la muerte. Pero además de fobias, descubre que esta terapia también cura muchos miedos neuróticos (desórdenes alimenticios, inseguridad aguda, depresión, baja autoestima y obsesión por el dinero) y muchos problemas físicos (dolor de cuello o de hombro -ahorcamiento o estrangulamiento-, problemas intestinales -evisceración-, problemas respiratorios o alergias -morir por efecto del humo o del gas-). De dio cuenta además de que los problemas físicos pueden ser producidos no sólo por heridas, sino por problemas psicológicos (dolor de cabeza -elecciones mentales intolerables-, sinusitis -imposibilidad de llorar-, problemas de espalda -cargar con demasiada culpa-).

Después de una muerte violenta o llena de emociones negativas, la experiencia que más se repite como generadora de problemas en vidas positeriores es la separación y el abandono. La psiquis de una persona que sufre este tipo de pérdida puede quedar tan afectada que permanece después de la muerte (aunque hayan pasado muchos años desde que ocurrió) creando inseguridad, incapacidad de confiar en los otros, posesividad extrema o ansiedad de separación (en los bebés).

El doctor Woolger, además de describir todos los problemas que pueden ser curados con este tipo de terapia, da una explicación de por qué funciona, ya que para él la terapia de vidas pasadas consiste en parte en ampliar lo que la psicología convencial ya conoce sobre el efecto de traumas olvidados o reprimidos, pero ampliándolo no sólo a la infancia, sino a vidas anteriores. A lo que Jung afirma «Un complejo surge cuando hemos experimentado una derrota en la vida», Woolger pregunta ¿En qué vida? Para Woolger todo lo que nos ha ocurrido, en esta o en otras vidas, está almacenado en nuestro inconsciente y puede ser origen de un problema actual.

Ante la falta de experiencia en el tratamiento de traumas generados por muertes violentas o traumáticas, Woolger se apoya en sus conocimientos orientales, especialmente en El libro tibetano de los muertos, fruto de la basta experiencia acumulada sobre este tema en el Tibet, a lo largo de muchos siglos, y que a juicio de Woolger concuerda perfectamente con lo que las hipnosis le revelan sobre la existencia de vidas pasadas, y del periodo entre vidas que atravesamos, ya sin cuerpo.

Woolger descubrió el importante papel que juegan los pensamientos que tenemos en el momento de la muerte. Estos pensamientos se pueden magnificar y dominar nuestra conciencia, afectando a nuestras vidas futuras. Comprobó que un gran número de problemas de sus pacientes, venían derivados de pensamientos y sentimientos (habitualmente negativos), que habían tenido en el momento de la muerte. Son pensamientos y sentimientos no resueltos, como si no hubiera dado tiempo de procesarlos por la llegada de la muerte. En palabras de Woolger «la conciencia exaltada que se tiene en el momento de la muerte imprime con exagerada intensidad los pensamientos, sentimientos o sensaciones al momento de la muerte en cualquiera que sea el nombre que le demos al vehículo que transporta nuestra esencia de una vida a la siguiente«. Si morimos incompletos, con tareas pendientes, con el sentimiento de no haber podido completar nuestro trabajo, de injusticia, de no haber arreglado nuestros asuntos, de no habernos podido siquiera despedir de nuestros seres queridos… probablemente generaremos problemas en la siguiente vida. Afortunadamente, según Woolger, la terapia de regresión y la propia inteligencia sanadora del inconsciente, nos permitirá regresar al momento de la muerte y curar sus efectos. Miles de curaciones con esta terapia demuestran que funciona.

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