[Veinte casos que hacen pensar en la reencarnación]

Título: Veinte casos que hacen pensar en la Reencarnación
Autor: Ian Stevenson
Edición: Editorial Mirach, S.L. 1.992 (España)
Título original: Twenty Cases Seggestive of Reincarnation

«Veinte casos que hacen pensar en la Reencarnación», es el primer libro de Ian Stevenson (aunque previamente había publicado ya bastantes trabajos en el Journal of Scientific Exploration, revista trimestral de la Society for Scientific Exploration) donde describe 20 casos de niños que aparentemente tuvieron recuerdos de vidas pasadas. Ian Stevenson publicó sus trabajos en varios libros, que gracias a la rigurosidad de los mismos y a la disponibilidad financiera que le permitió dedicar 40 años de su vida a estudiar estos casos, han conseguido presentar a la comunidad científica, y al público en general, importantes argumentos a favor de la realidad de la reencarnación.

El libro que yo he leído es una segunda edición. Se había publicado por primera vez en 1.966 (en 1.960 ya había publicado una exposición y un análisis de casos de reencarnación), y esta segunda edición que aparece en 1.973 aporta información adicional, corrigue algunos pequeños errores de menor importancia y sobre todo añade entrevistas realizadas a los protagonistas y a otros testigos una vez pasados entre 8 y 10 años de las primeras entrevistas. El libro está escrito por un científico y está dirigido a científicos de cualquier disciplina que puedan encontrar su contenido valioso o interesante. Sin embargo el interés despertado también en el público ha propiciado la preparación de esta segunda edición.

Ya que gran parte de las pruebas que presuntamente avalan la teoría de la reencarnación están basadas en los estudios de Stevenson, el resumen de este libro es necesariamente extenso. Aunque no entraré a describir los 20 casos, sólo la descripción del método utilizado para su estudio y las conclusiones y razonamientos posteriores de Stevenson, requieren un desarrollo más amplio del que utilizo habitualmente en los resumenes de la bibliografía estudiada.

Reencarnación y ¿método científico?

Al analizar este libro, una de las cuestiones más importantes es comprobar la rigurosidad del procedimiento utilizado por Stevenson. Siendo la obra de Stevenson la principal prueba de que disponemos para validar este fenómeno, es crucial tener claro si las pruebas que se aportan en la misma son fiables o no. Existen trabajos que critican o apoyan la validez de los casos de recuerdos espontáneos (extensa lista proporcionada por él mismo en la página 4) y el propio Stevenson pone sobre la mesa las posibles debilidades de algunas de sus pruebas. Realizó una importante labor de criba, primero seleccionando sólo casos que cumplieran unas determinadas características, y luego dentro de estos los que fueran más representativos o aportaran mayor carga de prueba. En este libro no seleccionó estos últimos, sino los mejores que encontró que representaran los distintos «subtipos» de reencarnación con los que se ha encontrado. Por este motivo, algunos de los casos son frágiles desde el punto de vista de probar la reencarnación, pero afortunadamente otros son tremendamente espectaculares en el grado de detalle de la investigación realizada y de los hechos estudiados.

Metodología utilizada:

  • De entrada Stevenson rechaza el uso de la hipnosis. Ha estudiado las investigaciones realizadas por A. De Rochas («Les vies succesives», 1924) y J. Björkhem («De Hypnotiska Hallucinationerna», 1943) y concluye que los resultados no permiten llegar a conclusiones. Para él los recuerdos evocados por la hipnosis son «una mezcla de varios ingredientes, entre los que pueden figurar la personalidad actual del sujeto, sus expectativas de lo que piensa que quiere el hipnotizador, sus fantasías sobre lo que cree que fue su vida anterior y quizá también elementos de origen paranormal«. Los recuerdos espontáneos de niños muy pequeños ofrecen mucha más credibilidad, ya que es más fácil desechar fuentes alternativas de información sobre su presunta vida anterior. Reconoce que tanto con hipnosis como con recuerdos espontáneos, fenómenos como la Xenoglosia (personas que hablan idiomas extranjeros) no pueden encontrar otra explicación que no sea paranormal (él mismo ha escrito sobre este tema: «Xenoglosia: A review and Report of a Case»). Aunque para Stevenson, paranormal no implica necesariamente reencarnación, ya que entiende que este conocimiento sobre la presunta vida anterior también podrían, quizás, explicarse por telepatía, clarividencia o influencia de una personalidad desencarnada.
  • También la capacidad del investigador que realiza las entrevistas es fundamental. Según Stevenson, durante décadas los investigadores han utilizado los métodos de los historiadores y los abogados, e incluso los de los psiquiatras, para reconstruir hechos pasados. Para él, no se debe presuponer la habilidad del investigador.
  • El tiempo transcurrido desde que surgen los recuerdos, hasta que el investigador llega al lugar a realizar las entrevistas, es vital. Los recuerdos e incluso las percepciones no son fiables pasado el tiempo, y los testigos pueden, por distintos motivos, omitir o añadir detalles, alterando (a veces desmesuradamente) lo que realmente ocurrió. Como no se puede prescindir de estos testimonios, lo que hay que hacer es comprobarlos y mejorarlos, en lugar de descartarlos. Para ellos se obtienen el máximo de testimonios posibles y se comparan entre si.
  • Anotar previamente lo dicho por el niño, antes de su comprobación con la familia de la vida anterior, es el estado ideal del investigador ya que permite comprobar la exactitud de lo dicho por el niño, sin que se puedan producir cambios o adaptaciones (conscientes o inconscientes) para que se ajusten a la realidad encontrada. Sin embargo, lamentablemente, en la mayoría de los casos el investigador llega cuando ya las dos familias se han reunido. De los casos de este libro, en  sólo dos se anotaron las declaraciones de los niños antes de ir a comprobarlas. Y entre los centenarse de casos estudiados por Stevenson, tan sólo unos 30 cumplen este requisito.
  • Los testigos imparciales también son de gran valor. Cuando el niño se encuentra con su familia anterior, no suele ser observado  por personas no relacionadas con alguna de las dos familias implicadas. De los veinte casos recogidos en el libro, tan sólo en uno ocurre esta circunstancia. Para intentar contrarrestar esto, Stevenson interroga al mayor número posible de testigos en cada una de las dos familias, así como a vecinos y otros miembros de las comunidades donde viven. En muchas ocasiones los interroga varias veces a lo largo de los años. Investiga en el pueblo donde ocurre sobre la familia implicada y su credibilidad. Cuando existen estudios del caso de otros investigadores en los que confía, también cruza los datos de ambos. El cruce de todos los datos recogidos sobre cada suceso ocurrido, si coincide y esa coincidencia permanece en el tiempo, aporta bastante fiabilidad a los datos comprobados. Stevenson afirma que en muchos casos, a la familia no le producía ningún bien los recuerdos del niño, y que no estaban interesados en que se supiera públicamente (de hecho, castigaban con frecuencia a los niños para que no lo contasen).
  • El comportamiento de los niños es para Stevenson una de las mejores demostraciones de la realidad o no de los recuerdo. El comportamiento del niño delante de su anterior familia, acompañado casi siempre de una gran carga emocional, es algo muy difcil de fingir. Stevenson ofrece numerosos casos destacables de estos comportamientos, especialmente comprobables en la sociedad india, que tiene muy establecidos los comportamientos y actitudes entre castas y entre miembros de la familia.
  • Testigos directos: Con raras excepciones, todos los testimonios registrados en el libro proceden de testigos directos. Cuando se han recogido declaraciones de testigos indirectos, se ha indicado en el estudio del caso.

Detección y tratamiento de posibles errores en la recopilación de datos:

Stevenson es consciente de que la exactitud del testimonio de los testigos es vital para la validez del caso, por lo que ha prestado mucha atención a las posibles causas que podrían hacer que estos datos no fuera correctos.

  • Testimonios discordantes: la comprobación de una acumulación de testimonios realizados por varios testigos que intentan recordar los mismos hechos, consecuencia de intentar buscar el mayor número posible de testigos, así como de los testimonios de estas personas en distintas entrevistas a lo largo del tiempo, han dado lugar a irregularidades en alrededor del 10%, lo que para Stevenson confirma su confianza en la exactitud de las informaciones, ya que el % es muy bajo, y además las discrepancias se dan, casi siempre, en los detalles secundarios. Sin embargo, en alguna ocasión estos detalles son importantes, por lo que no pueden pasarse por alto estas discrepancias. Stevenson ha detectado testigos que han demostrado que no eran fiables y aparentaban un conocimiento que en realidad no tenían, pero avisa que no es justo descartar los testimonios discordantes, ya que podríamos eliminar datos importantes. Stevenson ha decidido en este libro eliminar los testimonios discordantes, excepto en algunos pocos casos en que considera importante aportarlos, en cuyo caso lo avisa en el estudio de ese caso. Posteriormente se ha dado cuenta de que algunas discrepancias habían surgido por problemas de traducción o porque los testigos no habían entendido la pregunta.
  • Las posibles fuentes de errores que pueden aparecer en los informes y las medidas que Stevenson ha tomado para reducirlas o eliminarlas, son:
    • Traducciones y posibles errores de los intérpretes: para solucionarlo utilizó 2 (y en ocasiones 3) intérpretes. En ocasiones uno traducía mientras él tomaba notas en inglés, y el otro comprobaba la traducción y también tomaba notas en hindí. Después se comparaban ambas notas. Las discrepancias que ha encontrado siguiendo este método afectan a un grupo pequeño e insignificante de los informes de los casos.
    • Métodos de registro y posibles errores: Stevenson piensa que se han podido producir errores durante la recogida de datos de los testigos o en las observaciones de su comportamiento. Stevenson toma notas escritas, ya que prefiere este método al de la grabación magnetofónica ya que opina que inhibe al testigo que se muestra más reservado delante de ella, al menos inicialmente, y sobre todo debido a que las entrevistas en los países donde mayoritariamente ha estudiado los casos suelen ser con varias personas a la vez, y que a veces es imposible oyendo la grabación identificar a las personas que hablan, además de otros problemas por cambios de tono de la vez que hacen perderse detalles. Stevenson piensa que las notas escritas son esenciales y confiables, y que casi siempre son tomadas cuando el testigo habla (excepto en ocasiones en que ha sido imposible porque el testigo hablaba en el coche u otras circustancias que han hecho que no pudieran tomarse hasta unas horas más tarde, máximo al día siguiente). Su confianza en las notas se ha visto reforzada por algunos casos en que se utilizó grabadora, y donde ha podido comprobar que no había discrepancias importantes, aunque reconoce que en sus notas faltan algunos detalles que posiblemente no había podido anotar.
    • El lenguaje aparentemente precoz atribuido a los sujetos: Stevenson aclara que si que hay niños que son precoces hablando, que incluso han asustado un poco a sus padres por las frases y palabras insólitas que utilizaban, pero también hay casos en que el niño era muy pequeño, y realmente no expresó sus recuerdos con esas frases inicialmente, sino que fue así como se expresó en siguientes entrevistas donde ya tenía más dominio del lenguaje y completaba o explicaba mejor lo que había intentado decir de pequeño. Por otra parte, a menudo son los padres u otros testigos los que dicen lo que ha dicho el niño, por lo que siempre deberíamos añadir una frase del tipo «o palabras por el estilo» a las frases atribuidas a los niños.
    • «Errores» por parte de los testigos: Hay una posibilidad de que haya «errores» intencionados (entiendo que Stevenson se refiere a invenciones o exageraciones) por parte de los testigos y por lo tanto en los informes. Para Stevenson las principales pruebas contra esta posibilidad son las actitudes de los testigos. Stevenson afirma que, a pesar de que la reencarnación es una creencia extendida en oriente, también se cree que el hecho de recordar vidas anteriores predestina a uno a morir joven, por lo que los padres suelen aplicar medidas drásticas y hasta crueles para que su hijo no hable de una vida anterior. Además, en muchos casos el niño crea un serio problema para su familia y para él mismo cuando dicen que eran más felices en la otra familia y quieren irse, o cuando sus costumbres eran muy distintas de las actuales, normalmente por pertenecer a una casta de distinto nivel a la actual. Hasta la publicidad generada por el caso puede ser una carga y un trastorno, que no les hace ganar nada y sí perder intimidad. Suelen pasar de 3 a 5 años desde que el niño comienza a hablar de su vida anterior, hasta que la información sale fuera del círculo familiar. Los padres se resisten, a veces durante años, a ir al pueblo donde el niño afirma haber vivido antes. Todo esto parece rechazar la teoría de errores intencionados en los recuerdos de los testigos, máxime cuando algunos de ellos intentan buscar explicaciones «normales» para estos recuerdos, y otros incluso hacen declaraciones que saben que pueden ocasionar que el niño los deje o que como mínimo prefiera vivir con otra familia.
      Stevenson asume que algunos testimonios pueden estar influenciados por otros, pero esto es improbable cuando los testimonios son coincidentes entre familias que no se llevaban bien a raíz de estos sucesos. Para terminar, Stevenson recuerda que los testigos eran tan sinceros para contar los aciertos que el niño había tenido como para contar sus errores y confusiones. En cualquier caso, para Stevenson los posibles errores de este tipo nunca pueden justificar todas las coincidencias que ha encontrado en los testimonios.

Estudio de los casos:

Aunque parezca increíble, todo lo resumido hasta aquí es simplemente la introducción del libro. A continuación Stevenson desarrolla cada uno de los 20 casos que ha seleccionado para este libro. Algunos de ellos están muy estudiados, tienen un gran número de testigos cuyos testimonios concuerdan y aportan datos y hechos dificilmente explicables por un método no paranormal. Otros los ha elegido por ser un ejemplo claro de otros tipos de reencarnación (aún no he podido saber cuáles son los tipos de reencarnación en que Stevenson clasifica los casos), pero son más frágiles en sus elementos de prueba. Enumero sólo lo más significativo o lo que se sale de lo normal de estos casos, ya que es imposible hacer un resumen de cada caso sin que este resumen sea tan extenso como el propio libro, ya que el desglose de los casos es una enumeración exhaustiva de datos.

Un caso tipo de Stevenson es el siguiente:

  1. Un niño comienza a hablar de sus recuerdos, sin que nadie lo induzca a ello. Menciona personas y lugares, o bien tiene un comportamiento extraño. Suele describir su muerte, con frecuencia violenta, y en algunos casos llega a explicar que en realidad es otra persona, tiene otros padres, quizás una pareja e hijos, e insiste en que lo lleven allí.
  2. Normalmente la familia intenta acallar esos recuerdos (en más de la mitad de los casos), pero al final los rumores se extienden hasta que llegan a oidos de alguien que es familiar de alguien fallecido cuyos datos concuerdan con los que ofrece el niño. Por fin, una de las dos familias toma la decisión de ir a visitar a la otra.
  3. Normalmente el niño encuentra sin ayuda el camino hacia su antigua casa, reconoce a los familiares y amigos sin que se los presenten e incluso los llama por sus apodos. Comenta los cambios que encuentra, pregunta por personas o cosas que faltan, y rememora sucesos poco conocidos del pasado. A veces demuestra saber «secretos» familiares, y demuestra no saber absolutamente nada de lo ocurrido desde la muerte de su presunta anterior encarnación.
  4. En un momento dado la noticia del extraordinario encuentro llega a los oídos de alguno de los investigadores que colaboran con Stevenson en todo el mundo que se apresura a llegar al lugar lo antes posible (muy a su pesar, Stevenson sólo tiene unas pocas decenas de casos en que ha podido llegar antes del encuentro de las dos familias).
  5. Cuando llega Stevenson, intenta rebatir los recuerdos del niño y de los testigos valiéndose de técnicas de interrogación tomadas del ámbito del derecho. Somete a prueba la validez de todo lo dicho por cada uno de ellos, busca indicios de contradicciones, no acepta versiones de terceros e interroga discretamente a vecinos del pueblo para tener referencias imparciales sobre la familia, a la que visita sin avisar meses y años después para repetir las preguntas. Si no conoce el idioma nativo (habla 5 idiomas) emplea a 2 ó 3 intérpretes durante las entrevistas, toma notas, y en algunas ocasiones lo graba (ya he detallado antes la forma de tomar notas y los motivos para no usar grabaciones habitualmente). Reune y fotografía las pruebas (registros escritos, marcas de nacimiento…), y transcribe y organiza las notas en los días posteriores, elaborando una cronología de como fueron surgiendo los recuerdos, intentando encontrar errores o lagunas.
  6. Stevenson reconstruye lo que ocurrió cuando el niño se encontró por primera vez con la familia de su presunta vida anterior. Investiga si alguien le dio una indicación, aunque fuera involuntariamente y verifica todos los hechos que el niño recuerda (en promedio, en todos los casos resueltos, los niños aciertan el 90% de todo lo que habían dicho). Luego investiga cualquier posible contacto que pudiera haber habido entre las dos familias e intenta averiguar si existe alguna remota posibilidad de que el niño pudiera haberse enterado de los hechos por cualquier método.
  7. Cuando publica un caso, Stenvenson detalla todos los datos de que dispone que puedan tener alguna relación, analiza los pros y contras de cualquier error que pueda contener y detalla si han existido oportunidades de que el niño pudiera averiguar los hechos de alguna forma. El análisis es riguroso y detallado.

Antes de empezar la descripción de los casos, quiero recordar que Stevenson era Jefe de la División de Estudios de la Percepción de la Universidad de Virginia, donde se estudiaban también otros tipos de fenómenos paranormales. Esto hace que conociera de primera mano estudios científicos sobre casos de telepatía, posesión, contacto con espíritus (mediums), etc… y conociera muy bien posibles explicaciones a estos casos, como la criptomnesia, absorción de personalidad o percepción extrasensorial. Por ello, cuando analiza los casos de los niños que recuerdan vidas pasadas, también investiga este tipo de explicaciones alternativas a la reencarnación que hayan permitido al niño adquirir la información que relata como un recuerdo.

7 casos en la India

Los hindues creen en la reencarnación. Stevenson comenta que el Bhagavad-Gita está considerado como el Evangelio del hinduismo, y es una exposición antigua y exacta de las ideas del hinduismo sobre la reencarnación. Para Stevenson la abundancia de casos de niños que recuerdan vidas pasadas, dan soporte empírico al hiduismo y al budismo.

Los casos de la India y de Ceilán (actual Sri-Lanka) tienen casi todos muchos recuerdos comprobados, reconocimientos de personas de la presunta vida pasada, y pocas posibilidades de que el niño pueda haber accedido a la información que cuenta por medios normales.

Para mi ha sido particularmente interesante el caso de Jasbir (que pertenece al tipo que Stevenson denomina: «Encarnación de intercambio«, y del que afirma que sólo tiene otro caso similar, al menos en la fecha en que escribió el libro) ya que no se trata simplemente de un niño que dice recordar una vida pasada, sino que era un niño «normal» hasta que tuvo una enfermedad de la que aparentemente murió. La forma de comprobar esta muerte fue «el cese de la respiración, la apertura de la boca y el enfriamiento del cuerpo«. Pasadas unas horas, el niño comenzó a moverse, pero a partir de ahí comenzó a contar que era otra persona, y numerosos datos de el lugar y la familia a la que decía pertenecer, que luego fueron comprobados. Cuando se le preguntó sobre lo que había ocurrido desde su muerte en la anterior vida, hasta su renacimiento en el cuerpo de Jasbir, dijo que «tras la muerte se encontró con un hombre santo que le dijo que se encarnara en el cuerpo de Jasbir«. El niño habla con la forma de hablar de la personalidad anterior (es como Stevenson llama a la persona ya fallecida que el niño dice ser) y no quiere comer comida si no ha sido preparada de la forma en que debe hacerse de acuerdo a su casta (no olvidemos que son casos de la India, donde hay grandes diferencias entre castas).

Stevenson desecha la telepatía, tal y como él la conoce (ver comentario anterior sobre donde trabaja Stevenson), ya que podría explicar el conocimiento que el niño posee, pero no la identificación con la personalidad anterior, y el cariño con esa familia. Para mi es importante también en este caso que la reencarnación es directa (o casi), ya que aunque no se sabe la fecha con precisión, el margen es de máximo un mes entre la muerte de la anterior personalidad, y su entrada en el cuerpo de Jasbir. Según lo que el propio niño cuenta la reencarnación es inmediata.

Otro caso especial es el de Sukla, ya que respecto a su vida pasada no reconoce a la familia que le crió (la suya propia), pero si reconoce a la familia de su marido (con la que vivía cuando murió). Stevenson apunta que la vida con la familia de su marido estuvo más cargada de momentos con fuerte carga emotiva, que la vida anterior con su familia, aunque esta fue más extensa en tiempo. Esto avala la teoría que Stevenson ha comprobado de que los recuerdos van frecuentemente asociados a momentos de gran tensión o carga emotiva, como la propia muerte, si esta fue accidental o violenta. Otros rastos importantes pueden ser que la niña era más madura de lo normal para su edad, algo que también ocurre con otros niños que dicen recordar vidas pasadas. Stevenson comenta que también parece tener percepción extrasensorial (al final se estudian una a una todas las posibles explicaciones «normales» y paranormales a estos casos), y rasgos físicos y de personalidad coincidentes con la personalidad anterior.

El caso de Swarnlata también es interesante por varios motivos:

1) Pasaron 9 años entre la muerte de la personalidad anterior y su nacimiento, ¡pero es que también tiene recuerdos, aunque menos precisos, sobre otra corta vida vivida en ese periodo! En este caso, aún siendo en la India, la familia de la personalidad anterior no creía en la reencarnación, y sin embargo quedaron totalmente convencidos de que la reencarnación era real. De hecho, intentaron engañarla sin éxito cuando las dos familias se encontraron.

2) La niña no pierde los recuerdos pasados los años, algo que ocurre en casi todos los casos. Stevenson cree encontrar un patrón entre los pocos casos que encuentra en que los niños no olvidan sus vidas pasadas, y es que normalmente ocurre cuando las familias donde viven ahora son tolerantes con esos recuerdos (en la mayoría de los casos, los padres obligan a los niños, a veces incluso con violencia, a que no hablen de esos recuerdos).

3) Ocurren otros casos de recuerdos de vidas pasadas en la misma familia, varios con relación con padres o entre ellos. Hay varios casos en la India en que la personalidad anterior y la actual pertenecen a la misma familia.

Stevenson explica en este caso con detalle los motivos por los que no puede ser un gran engaño, explicaciones válidas para muchos de los otros casos. Respecto a que provoca los recuerdos, parece ser que el ambiente de la vida pasada es el mejor «disparador»: la casa donde vivió, las personas que conoció, etc. y en estos reencuentros el niño suele recordar más cosas, que comenta a todos los allí presentes.

Ravi Shankar tiene una característica que va a ser una piedra angular en las investigaciones de Stevenson: tiene una marca de nacimiento (una especie de cicatriz en el cuello) coincidente con la herida que sufrió en su presunta vida anterior, donde fue asesinado con un cuchillo (el cuerpo apareció con la cabeza separada del cuerpo). Es curioso que la marca fue cambiando de sitio conforme el niño creció, desplazándose hacia la barbilla y cambiando de tamaño. Esto ocurre en más casos de los descritos en este libro. Desconozco si es normal que las marcas de nacimiento vayan cambiando de sitio conforme se crece.

Pasados los años, el niño olvidó completamente estos recuerdos. De niño su padre le pegaba si los mencionaba, por miedo a la reacción de los asesinos de la personalidad anterior si llegaba a sus oidos que su hijo recordaba el asesinato.

El caso de Parmod presenta abundantes y sólidas pruebas de información y reconocimiento de las personas con las que se relacionó en su vida anterior. Al igual que en otros casos, Stevenson presenta la telepatía como una opción a la reencarnación en este caso (ver análisis general al final del resumen). También en este caso el niño dice que recuerda una tercera vida, en este caso anterior a la que ocupa la mayoría de sus recuerdos. En este caso, el niño no tuvo un olvido paulatino de los recuerdos, sino que parece que olvidó una parte importante a los 7 años, pero mantuvo una parte de recuerdos que no ha olvidado todavía en el momento de la última entrevista que tuvo con Stevenson.

3 casos en Ceilán (actual Sri-Lanka):

Stevenson considera importante explicar las diferencias entre reencarnación (hinduismo) y renacimiento (budismo) . Los hinduistas creen que tras la muerte física, sigue vivo un elemento esencial, o Atman (aproximadamente equivalente al alma occidental), que tras un periodo se une a un nuevo cuerpo físico, continuando su evolución. Cren por lo tanto en la existencia de una entidad continuada, e incluso propablemente permanente. Por contra, la mayoría de los budistas no creen en la persistencia de una entidad permanente, sino que creen que cuando una persona muere los efectos de sus acciones generan otras acciones que tienen consecuencias, una de las cuales puede ser el nacimiento en otro cuerpo físico (si la persona fallecida no había alcanzado el desapego de los deseos, ya que si lo había logrado renacería en otro plano no físico). La personalidad recién nacida guardará una relación con la anterior, del mismo modo que si una vela antes de apagarse enciende otra, pero no se trata de una continuidad, sino de una consecuencia.

Los casos de Ceilán son similares a los de la India. El caso de Gnanatilleka es diferente a los anteriores sobre todo por incluir presuntas premoniciones. También por ser un caso perteneciente al escaso 5% en que hay cambio de sexo entre una encarnación y la siguiente (de unos 600 casos estudiados en ese momento). Stevenson habla en este caso de la criptomnesia como una posible explicación. En este caso los recuerdos aparentemente no llegan por asociación o por la intervención de algún «disparador», sino que ella comenta que le vienen al estar ociosa, sin ningún motivo especial. Es interesante también que a los 5 años dijo a su familia que cuando vivía su anterior vida vio a su actual hermano mayor en una actuación de baile (la única vez que su hermano estuvo en la ciudad donde tuvo la vida anterior), y que le había fascinado.

En el caso de Wijeratne, Stevenson plantea la posibilidad de una explicación paranormal alternativa, basada en telepatía y clarividencia, aunque admite que algunas de las pruebas de este caso no se pueden explicar tan solo con esta explicación. Este caso también es un claro ejemplo del olvido «selectivo», ya que conforme el niño crece parece recordar tan solo los recuerdos muy ligados a fuertes emociones, que eslo mismo que aparentemente ocurre con los recuerdos de vidas pasadas, e incluso con los recuerdos de nuestra propia vida.

Este niño también afirmó que en el periodo entre la muerte de su anterior encarnación y la actual, se reencarnó durante un tiempo como pájaro. Realmente nunca llegó a decir esto, sino que tras la muerte de su anterior encarnación «había revoloteado por el aire y se posaba en las copas de los árboles. Para Stevenson se trata más de una interpretación de los testigos o de la fantasía del niño, ya que entre los budistas existe la creencia de que cuando se comete un crimen (algo que ocurre en este caso) se renace como un animal irracional. Sería por lo tanto la influencia de los últimos pensamientos (temores) del niño antes de morir, y recuerda que en el Libro Tibetano de los muertos se explica en detalle eta influencia de los últimos pensamientos en la evolución posterior del alma. Para mi, no hay que desechar el parecido a una experiencia típica de la salida del cuerpo tras la muerte, frecuentemente descrita en E.C.M. hipnosis y desdoblamiento astral.

En este caso hay que destacar la información de que el niño desarrolló esquizofrenia a raíz de episodios parecidos a los que ocasionaron su muerte en la vida pasada. En su anterior personalidad apuñaló  su mujer al sentirse rechazado (no quería irse a vivir con él). En su actual encarnación, desarrolló dos brotes esquizofrénicos importantes en situaciones similares, en que una mujer lo rechazó.

Ranjith es un niño que recuerda una anterior vida en Inglaterra, sólo puede explicarse a juicio de Stevenson mediante la reencarnación o mediante la identificación impuesta (alguien, habitualmente los padres, imponen una identificación al niño con otra persona, bien consciente o inconscientemente), aunque duda de que este tipo de influencia pueda justificar por sí solo una alteración de la personalidad tan grande como para que el niño se autoimponga la consciencia de una identidad que no es la suya.

2 casos en Brasil:

En Brasil está muy extendida la idea de la supervivencia de la personalidad humana a la muerte física. Un elevado porcentaje, entre el 5 y el 30% son espiritistas, aunque mayoritariamente también se declaran católicos. En lo relativo a la reencarnación Brasil es una interesante mezcla de las creencias y prácticas espirituales africanas (más influyentes en las clases más pobres y menos instruidas) y la rama francesa del espiritismo, creada por Allan Kardec (autor del libro «Heaven and Hell», El cielo y el infierno, donde expone su visión sobre la reencarnación) que se extendió por Brasil en el siglo XIX. Para los espíritas seguidores de Kardec (espiritismo kardeciano) la reencarnación es uno de sus principios fundamentales, algo que no sucede según Stevenson en la mayoría de las formas de espiritismo de occidente.

Esto hace que Brasil tenga también un ambiente favorable para los niños que dicen tener recuerdos de vidas anteriores, lo que sin embargo puede ser un problema para la investigación ya que algunos padres no dan ninguna importancia a lo que dice el niño, tomándolo como algo natural que no merece la pena poner en conocimiento de nadie o ser anotado. Sin embargo la mayor parte de las veces los padres prestan atención a los niños e incluso los llevan a hablar con personas instruidas que puedan estudiarlo.

En uno de los casos, las dos familias se conocen, y en el otro las dos personalidades son de la misma familia. Además ambos casos ocurren en la misma familia (son hermanos). En este último caso, el de Marta Lorenz, la personalidad anterior predijo su reencarnación a una amiga suya, como su hija, dato que la amiga y su marido ocultaron a sus hijos para no influenciarlos si efectivamente ocurría algo que hiciese pensar que la reencarnación había ocurrido, como así sucedió. La niña, como en otros casos, va olvidando los recuerdos, pero no el de su muerte. La niña se identifica pletamente con Sinhá, la personalidad anterior, pero en una línea de desarrollo continuo, no como una sustitución de una personalidad por otra (solía decir: «cuando yo era Sinhá» o «cuando era mayor»). Igual que en otros casos, existe un parecido físico, de personalidad y hasta en la caligrafía entre ambas personalidades. Para Stevenson incluso ambas personalidades estaban dotadas de una percepción extrasensorial superior a lo normal. Además era propensa a enfermar de las vías respiratorias, enfermedad muy relacionada con la que le causó la muerte en la vida anterior (infección pulmonar, probablemente tuberculosis).

Una de las particularidades de este caso, es que la personalidad nueva conocía cosas ocurridas en la casa de la personalidad anterior después de su muerte (pág. 232, parto de la vaca), algo que no suele ocurrir ya que habitualmente la personalidad nueva sólo conoce acontecimientos e información de la familia anterior, hasta el momento de su muerte.

Stevenson propone como alternativa a la reencarnación en este caso la explicación de la absorción de personalidad, que aunque tiene algunos puntos a favor en este caso, sigue teniendo puntos débiles a su juicio. Por otra parte, a diferencia también de otros casos, recordar la causa de su muerte en la otra vida no la curó en la actual. (Nota mía: otra explicación alternativa a la reencarnación podría ser la percepción extrasensorial, aparentemente muy desarrollada en la niña, que también podría explicar el conocimiento de hechos ocurridos después de la muerte de la personalidad anterior).

El segundo caso es el del hermano de Marta, Paulo Lorenz, que recordaba su vida como Emilia Lorenz, una vida corta y desgraciada donde se sentía incómoda como niña, hasta el punto de que unos años antes de morir dijo a sus hermanos que si existía la reencarnación volvería como hombre. Intentó suicidarse varias veces, hasta que al final lo consiguió. Poco después de morir, su madre, medium, comenzó a recibir mensajes de un espíritu que decía ser Emilia, le decía que lamentaba el suicidio y hasta en tres ocasiones le pidió volver como hijo suyo. De nuevo la madre, igual que hizo en el caso anterior, no dijo nada a sus hijos hasta mucho después.

Cuando murió Emilia, su madre había dado a luz ya a 12 hijos (el último de los cuales era Marta) y no esperaban tener más, pero un año y medio después de la muerte de Emilia nació Paulo. Curiosamente en los primeros 4 ó 5 años de su vida no quería llevar ropa de niño, jugaba con niñas y con muñecas y mostraba habilidad para la costura (algo que hacía muy bien Emilia) sin que le hubiera enseñado nadie. Esta habilidad es importante para Stevenson, y valora la posibilidad de que la habilidad haya sido transmitida genéticamente (herencia).

7 casos entre los Indios Tlingits, en Alaska:

Todas las tribus que viven alrededor de los tlingits creen en la reencarnación, aparentemente por influencia del budismo, anterior a la llegada de los europeos. Los Tlingit creen que los muertos vuelven a este mundo dentro de la misma familia, lo que les hace cuando nace un niño buscar en él marcas, defectos o parecidos con algún familiar muerto. Por otra parte, creen que los niños que recuerdan vidas anteriores tienden a morir jóvenes por lo que intentan disuadirlos para que no lo hagan. Para complicar más las cosas, algunos creen que si hablan con extranjeros de su religión, tendrán desgracias, aunque afortunadamente Stevenson comenta que la mayoría de sus informadores hablaron con libertad.

Destacar también de estos casos que a menudo las personalidades anteriores murieron violenta y/o misteriosamente (igual que ocurre con los casos anteriores) y que la frecuencia de casos entre los tlingits es muy alta

El caso de Jimmy Svenson (los nombres de los tlingits han sido cambiados) muestra marcas de nacimiento, pero en general es pobre para ser considerado prueba de reencarnación.

El caso de William George, Jr. cuenta con la novedad de que la futura madre tiene un sueño premonitorio. También tiene marcas de nacimiento, y al igual que otros casos tarda en comenzar a hablar. Stevenson propone la teoría de la identificación asumida o impuesta por la familia, percepción extrasensorial, e incluso paramnesia. Los lunares y la cojera apoyan sin embargo la reencarnación, según Stevenson.

__289__ Charles Porter.

A mi juicio, los casos de los tlingits son en general mucho más pobres que los anteriore para intentar aportar pruebas de la realidad de la reencarnación.

Análisis general:

Una vez desarrollados los 20 casos, Stevenson hace un Análisis general, con sus reflexiones y conclusiones.

(incluir media de años muerte -> reencarnación/renacimiento: 5 (en la India) – pág 40)

Analizar paranormalidad (4 opciones). Dejar claro que que exista paranormalidad no implica reencarnación.

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Aporto también un resumen del libro realizado a partir de la información que Carol Bowman hace sobre él en su libro «Las vidas pasadas de los niños«.

De entrada hay que explicar que los libros de Stevenson no son fáciles de leer, a pesar de la gran cantidad de interesantes casos estudiados. Esto es debido a que Stevenson escribe sus libros con un enfoque totalmente académico, hablando extensamente sobre metodología, con un árido discurso enfocado más a otros científicos como él que al gran público. Sin embargo es la escrupulosidad y detalle que Stenvenson utiliza lo que da valor a lo que afirma y ha convertido sus estudios y libros en las principales pruebas que avalan la reencarnación. Para él lo importante no es la emotividad, contar una bonita historia o estudiar las posibilidades terapeúticas de la reencarnación. Para Stevenson lo único importante son las pruebas que permitan probar la realidad de la reencarnación. Toda la información que recopila la publica sin adornos, evita presentar conclusiones. De hecho nunca habla de que ha probado la reencarnación, ni de la existencia del alma (suele hablar de la personalidad que sobrevive al cuerpo). Como ejemplo de su escrupulosidad basta ver el título de este libro.

Cada caso descrito en el libro es una historia de detectives. Sigue las pistas a donde quiera que lo lleven. Interroga a toda clase de personajes y aunque se centra exclusivamente en los hechos, capta los detalles, los indicios, como un gran detective. Para él un caso está resuelto cuando encuentra un niño con recuerdos espontáneos y detallados de una vida pasada y puede hallar la correspondencia entre esos recuerdos y la vida de una (y sólo una) persona fallecida. Después de una rigurosa investigación, tiene que tener la certeza de que el niño no tuvo oportunidad de enterarse por medios normales (contemplando incluso los improbables y absurdos, la telepatía o la posesión por un espíritu) de la vida de la «personalidad anterior». Stevenson tiene más de 800 casos que cumplen esta tipología de «caso resuelto».

Algunos de los patrones que Stevenson saca a la luz, despues de tan gran cantidad de casos investigados, son:

  • La mayoría de los niños comienzan a hablar entre los 2 y los 5 años (algunos incluso antes, apenas comienzan a hablar), y comienzan a olvidarlos entre los 5 y los 7/8 años (unos pocos no los olvidan), llegando incluso a negarlos.
  • Un 36% tenía una fobia que se correspondía con la manera en que había muerto
  • El 72% de los niños recordaba como habían muerto, y más de la mitad de ellos habían tenido una muerte violenta (muchos más de los que recordaban su propio nombre). Stevenson supone que la intensidad de la experiencia afianza los recuerdos. También el doctor Woolger afirma que «La exacerbación de la conciencia que se verifica al morir deja grabados con una intensidad desmesurada los pensamientos , los sentimientos o las sensaciones que se tienen al morir en el vehículo que transmite nuestra esencia de una vida a otra, cualquiera sea la denominación que le demos«. Esto enlaza con otro principio básico: morir con el peso de emociones y problemas no resueltos vigoriza los recuerdos de tal manera que pueden influir en las vidas siguientes. Una parte del niño «queda atrás» con un pie en la vida pasada, enredada en una telaraña de sentimientos no resueltos, atada todavía a una vida que abandonó de form inesperada.

(desglose del caso tipo, copiado y pegado arriba)

Uno de los casos más emblemáticos de los estudiados por Stevenson es el de Swarnlata, que se diferencia además de la mayoría de los demás porque los recuerdos no desaparecieron al crecer. Te invito a leer el libro (si te atreves con un libro de Stevenson) para conocerlo, ya que cumple con todos los requisitos para ser un «caso tipo» excelente, además de ser una historia que en manos de algún otro autor (jeje, no daré nombres) le habría dado para escribir un libro entero, de estos cargados de emotividad y que te ponen los pelos de punta.

Pero Stevenson llega más lejos, e intenta probar la existencia de la reencarnación mediante tres tipos de pruebas:

  • Recuerdos (como hemos visto hasta ahora)
  • Comportamiento: habilidades, fobias, preferencias. Toda aquella conducta que no coincide con su familia biológica, pero si con la de su presunta encarnación anterior. Stevenson encuentra muchísimos casos: niños que regañan a sus padres por sus hábitos vulgares o su estilo de vida, no comen alimentos de las clases inferiores (hablamos de niños mayoritariamente de la India), comportamiento prepotente en niños pobres que antes habían sido ricos, rusticidad e instinto de supervivencia en niños ricos que antes habían sido pobres, etc. Pero sobre todo es de destacar el comportamiento del niño con su antigua familia: hay que imaginarse a una niña tratando con hostilidad a su antiguo marido con el que no tenía una buena relación, o a un niño pequeño reprendiendo a una mujer que reconoció como su antigua esposa por llevar el sari blanco (en circunstancias normales sería una grave ofensa). Para Stevenson cuando muchos comportamientos, todos extraños en la vida actual del niño, conforman un síndrome de conducta que se corresponde exactamente con la presunta anterior vida del niño, se está ante una prueba convincente de la reencarnación.
    También las fobias son un comportamiento muy importante. Son comunes, y casi siempre guardan relación con la muerte ocurrida en la vida anterior.
  • Marcas físicas: Stevenson ha realizado un amplio estudio sobre la gran cantidad de casos encontrados en estos niños que tenían marcas y defectos de nacimiento que correspondían fielmente con las heridas que había sufrido en su vida anterior. No se trata de antojos o lunares, sino que parecen cicatrices y heridas. Son marcas nítidas, grandes y notorias, a veces sin vello o sin pigmentación. También malformaciones en los miembros que recuerdan heridas provocadas por un instrumento externo. En sus libros (por ejemplo «Reincarnation and Biology: A contribution  to the etiology of birthmarks and birth defects«, 2.300 páginas que incluyen 230 casos comprobados) aporta autopsias, fotografías y documentos demostrando esta vinculación marca-herida, y su elevado número en relación a los casos estudiados (un 35% de sus casos comprobados) descarta totalmente que sean fruto de la casualidad. Además muchas de las marcas eran dobles y coincidían ambas, o eran orificios de entrada y salida de balas, que también correspondían incluso en el tamaño y tipo (pequeño y redondo el de entrada, grande e irregular el de salida). Stevenson estudió también el famoso caso de Ravi Shankar, asesinado en su vida anterior, cuyas marcas de nacimiento correspondían exactamente con la herida que le hicieron el cuello al matarlo. Las marcas y defectos de nacimiento, al poder comprobarse con la historia clínica o la autopsia del fallecido, son pruebas irrefutables cuando aparecen en un porcentaje tan elevado de los casos estudiados. Además Stevenson aplicó sus rigurosos métodos también a estas marcas para evitar casos en que los recuerdos eran inventados para explicar una marca de nacimiento.

Como comentaba antes, Stevenson nunca ha afirmado haber probado la reencarnación. Simplemente dice que está ofreciendo pruebas de su existencia, y deja a los demás que decidan si esas pruebas demuestra la reencarnación o no. Sin embargo, también afirma refiriéndose a los que estas pruebas no le son suficientes: «¿Qué pruebas, si las tuviera, lograrían convencerlos de que existe la reencarnación?«.

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